II Domingo antes de Cuaresma
La Palabra de Dios
Mateo 6. 25-34
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia.
Reflexión
Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra el padre Javier Rojas desde Colombia
El evangelio de este domingo hace dos invitaciones que ayudan al creyente a consolidar a la luz de la fe dos conductas ejemplares para construir una vida Cristiana y misionera.
1. Buscar siempre el reino de Dios y su Justicia. Tarea ardua y de tiempo que implica dedicación, entrega y sacrificio. Todo Cristiano tiene como tarea de todos los días en el ejercicio de su vida de fe entrar en esta búsqueda, la cual otorga dicha, regocijo y encuentro con el Salvador.
2. No agobiarse por el mañana. Hoy el agobio forma parte de la dieta espiritual del creyente. Nos agobiamos porque desconfiamos de la providencia de Dios quien es el que provee al creyente de lo necesario para su vida. Nos agobiamos porque buscamos a cada momento acaparar y estar seguros de nosotros mismos, colocando toda la confianza solo en el ser humano, en sus fuerzas y no en Dios.
Pues bien esta palabra Divina de este domingo nos lanza a ser personas capaces de entender nuestras limitaciones terrenas y a descubrir que solo en Dios debemos depositar y confiar nuestra vida.
Que así sea.
Oración para la semana:
Dios Todopoderoso,
danos reverencia por toda la creación
y respeto por cada persona
para que podamos reflejar tu semejanza
en Jesucristo, nuestro Señor. Amén.