La Palabra de Dios
Último Domingo después de Trinidad
Lucas, 18. 9-14
Dijo también esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Reflexión
Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra el padre Guillermo Gil
Hoy el evangelio nos hace reflexionar sobre el mundo de la sobrades en el ámbito religioso.
Muchos de nosotros hemos tenido compañeros o amigos que con su actitud petulante se creen más que los demás, por su apellido de abolengo, por el lugar donde viven, por tener mayor número de tarjetas de crédito, por la universidad que pisaron y fueron egresados o porque tienen algún tipo de autoridad en algún tema y eso los hace distinguirse y lucirse henchidos, “sacando pecho”. Encontraba alguna definición en un artículo del diario Mercurio de la palabra sobrado: es “valentón, arrogante”. Los términos hacen referencia a cualidades del comportamiento humano, pero las anteriores se refieren a degradación de estas virtudes cuando prima la ostentación y la prepotencia.
Jesús en el evangelio da el antídoto al estado de sobrades y es la humildad, pero nos cuesta entender. Somos de dura cerviz.
”Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” Lucas 17, 10
No me imagino los 72 discípulos que envió Jesús a Misión y que al regresar encontraban comité de aplausos y reconocimiento de estímulos al escuchar como cada uno hizo su labor misionera…lo que realmente tenían que hacer era para dar Gloria a Dios. No para gloriarse a sí mismos.
“porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Pareciera que Siervo inútil no solo es el que entierra el talento y luego lo desentierra para entregarlo a su dueño sino también aquel que cumple la misión o sus actividades pastorales pero se enaltece, quiere recibir aplausos y reconocimientos. Se cree más que el otro o por encima del otro.
Pero Jesús aterriza al fariseo y de paso a nosotros con la frase: “porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Cosa distinta con el publicano que eleva su oración arrepentido y se humilla ante Dios. Esa oración es escuchada.
En estos días leía dos artículos que voy a traer a colación en relación a cómo podemos construir desde la humildad:
El primero sobre los pioneros del ecumenismo, el padre Fernando Portal y el laico Lord Halifax. Una amistad que surge entre un romano y un anglicano. Al principio el Padre Portal quería convertir a Lord Halifax al catolicismo romano. Y prontamente se da cuenta de su error. Descubrir lo valioso que tiene el anglicanismo, un mundo por conocer y valorar. Y empiezan los primeros diálogos ecuménicos que poco a poco van escalando las altas esferas de la Iglesia de Roma y de la Iglesia Anglicana. Hoy esos diálogos son más que necesarios y han tenido muchos frutos. Y es que quienes participen de estos diálogos ecuménicos no puede ser personas que con su formación teológica y pastoral tengan una degradación de la virtud y se muestren arrogantes o piensen que porque más concilios que hayan vivido están más cerca del Espíritu de Dios. De manera que estos Siervos Inútiles hacen su tarea de acercamiento entre las iglesias históricas pero pensando en lo que nos une y no en lo que nos desune. Por tanto quien desarrolle una labor ecuménica o una pastoral incluyente con otras iglesias debe tener una actitud de humildad para poder trabajar juntos como Cuerpo de Cristo.
El otro artículo tiene que ver con un filósofo colombiano Fernando González Ochoa, un antioqueño que salió con uno de sus amigos a caminar por algunas zonas de nuestro país Colombia. Escribió varios libros, pero uno de ellos “Viaje a Pie” fue un viaje de liberación. Y es ese libro el que la Iglesia conservadora censuró. Aquí nos damos cuenta que cuando una institución como la Iglesia censura siempre hay un aliento de sobrades que huele a moralismo religioso. Cuando le preguntaron a Fernando sobre su proceso de la vida, el tenía esta composición que me parece muy valiosa rescatar:
“El 20% de mi ser es místico; el 10%, peón; el 30% enamorado de la Belleza, y el resto bobo”. En esa descripción no hay sobrades hay humildad.
Yo los invito a pensar en su propia composición como Siervos Inútiles….una Santa Laura Montoya – Primera Santa Colombiana, dijo: “Destrúyeme Señor y sobre mis ruinas, levanta un monumento para tu Gloria”
Démosle porcentaje a esa construcción que vamos a levantar sobre las ruinas de nuestras miserias con la ayuda de Cristo que es la roca, nuestro cimiento. 100% de Cristo.
Otros dirían: Un 30% de oración y un 70% de vida contemplativa en la acción. Otros tendrán porcentaje para todo aquello que agrada a Dios.
Piensa en tu propia composición y en los porcentajes que darás a tu nuevo proyecto de humildad para la Mayor Gloria de Dios!.
Oración para la semana:
Dios misericordioso,
enséñanos a ser fieles en el cambio y la incertidumbre, para que
que confiando en tu palabra
y obedeciendo tu voluntad
podamos entrar en la alegría inagotable de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.