La Palabra de Dios                                          

Domingo de la Cosecha

Juan, 21. 2-6, 9-12a

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces.

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad».


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra Amparo Pujalte  

El nueve de octubre es un día celebrado en Valencia ya que fue el día que eligió el Rey Jaime I de Aragón para hacer su entrada triunfal en dicha ciudad.

En Valencia, dicho día se celebraba la entrega de la cosecha con amor y agradecimiento al rey Don Jaime, que ocupó la ciudad sin violencia y respetando las tradiciones de sus habitantes.

El rey Don Jaime eligió esté día a propósito por ser el día que se celebra San Dionisio, obispo y mártir, el cual, tras ser decapitado, recogió su cabeza y anduvo para entregarla a una mujer piadosa. Con el tiempo, la tradición que ensalza ese amor se ha resituado y, hoy en día, se regala, a una persona amada, un pañuelo con dulces en forma de fruta, asemejándose a la cosecha.

Así mismo, vemos cuando leemos este evangelio que se trata de una entrega de tantos peces, y los medios para comerlos que salen de la gratitud del Señor: vemos el AMOR.

Ilustración que representa la pesca milagrosa

Imagino a los apóstoles en un barco intentando pescar, y con su actividad de pesca les pasa desapercibido que son las aguas las que los sostienen y es Dios su soporte, que es la barca. Las aguas de las cuales emergió la vida en la tierra. Ellos, en ese momento, no oran para mejorar su consciencia con Dios, solamente intentan pescar.

También así mismo sabemos por las escrituras que Jesús se encuentra a la derecha del Padre.

Él mora en su casa y desarrolla la fe en su templo. Debe ser por ello que cuando les da su palabra y consejo, no es solo para el momento sino para la profundidad de sus almas; que puedan transmitir su esencia a los demás: les asegura que a la derecha recogen en él la cosecha de Dios.

Él es la cosecha, el amor, la paz, el camino, la palabra… en definitiva el Bien Absoluto. Quien acude a Él halla.


Oración de la semana:

Dios eterno, tú coronas el año con tu bondad

y nos das los frutos de la tierra en su estación

abre nuestros ojos a las maravillas de la creación

y enséñanos a usar todas las cosas para el bien;

por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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