VI Domingo de Pascua

La Palabra de Dios

Juan 14. 15-21

Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión del Evangelio Francisco Ortiz

Con este comentario nos adentramos en el sexto Domingo de Pascua. Hoy nos encontramos con un texto corto pero cargado de significados. En este pasaje Jesús promete que nos enviará al abogado, al consolador. Aunque parece que habla en términos legales, realmente nos está diciendo que estaremos acompañados por su Espíritu o Ruh, amigable, que da vida y que nos permite afirmarnos. Muy bien hasta aquí, pero ¿quién es este defensor?

“lo que era múltiple es uno; lo uno es algo abierto”

La palabra para defensor, en griego, es “paráclito”. La primera sentencia sobre el Paráclito le presenta como “otro” Jesús, que estará de forma permanente con los discípulos. En otras declaraciones es presentado como maestro, “que enseña y recuerda”; como “testigo” de Jesús, también como “juez” del mundo y como “revelador”. Así pues, el llamado Paráclito es inseparable de Jesús y tiene la función de desarrollar, completar y actualizar su obra.

Definido el concepto, resulta confortador saberse en compañía del Amigo, al cual “el mundo no lo ve ni lo conoce”. Es inevitable recordar al Ángel de la Guarda, figura celeste que siempre me conmueve desde niño. En nuestros inseguros tiempos es muy necesario engarzar nuestro corazón con un compañero celeste, alguien cuya sensibilidad religiosa esté en nuestra onda. Y hablo literalmente, os animo a buscar y vivir en Jesús esa guía, esa salvaguarda. Así ocurría con Yibril y Mahoma, así con Enoc y Mikail, o como Orfeo y Caronte.

Ilustración que representa la silueta de una paloma atravesada por una luz potente

En el versículo 20 se dice “yo estoy en mi Padre, vosotros en mi, y yo en vosotros”. ¿Qué significa esto? Hay versículos como éste que sólo pueden ser entendidos desde claves que el cristianismo no suele manejar:

“Yo y mi Padre, Uno nosotros somos (Juan 10,30); “Yo en ellos, y tú en mi, que sean completos por el Uno” (Juan 17, 23). Sin la experiencia del tauhid sería difícil entender estas frases del nazareno. Esta palabra árabe puede traducirse como “monoteísmo” pero va más allá. Nuestro buen evangelista Juan está por reunir la Realidad en una acción transformadora, una experiencia de Unidad, de aceptar la unicidad como un logro de Dios.

Valgan para terminar dos citas. Una del místico cristiano José Manuel Martín Portales, que dice: “lo que era múltiple es uno; lo uno es algo abierto”. La otra es de Carl Jung, que dice: “El Hombre participa de la esencia de los dioses y va a Dios”.


Oración de colecta:

Cristo resucitado,

junto al lago renovaste tu llamada a tus discípulos:

ayuda a tu Iglesia a obedecer tu mandato

y atrae a las naciones al fuego de tu amor

para gloria de Dios Padre. Amén.

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