La Palabra de Dios

Evangelio según Juan 6.51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

Icono de Jesucristo

Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra el padre Jesús.

En esta perícopa del capítulo 6 del evangelio según Juan tenemos un discurso de Jesús sobre la Santa Cena.

“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (v. 54). Dios en su infinito amor por el mundo se hace carne, habita entre nosotros y nosotras y da la vida en favor del mundo. Juan presenta a un Jesús solidario que siente las necesidades humanas al hacerse carne.

Juan nos presenta a Jesús como el restaurador del mundo. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre” (v. 51). El evangelio según Juan está haciendo alusión a Jesús y a su misión en la tierra y con la gente, que es restaurar y dar la vida. Esta entrega de Jesús a la humanidad es con un amor incondicional, que busca que el ser humano esté en comunión con Dios y con sus semejantes. Esto será posible solo si se permanece unido a Jesús.

“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final” (v. 54). Esta es una promesa escatológica para el futuro que vendrá. El verdadero pan bajado del cielo es Jesús. ¿Qué significa para los judíos el pan bajado del cielo? Aquí Juan hace referencia a Jesús que procede del padre y es el verdadero pan bajado del cielo.

Icono de Jesucristo con un Evangelio en las manos

“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (v. 56). La teología de Juan nos presenta a Jesús como el pan de vida que viene a nosotros y a nosotras en la Santa Cena. El evangelista Juan nos invita a permanecer en esa relación con Jesús. Aunque como seres humanos algunas veces hemos transgredido las normas, y nuestra relación con Dios se ha visto afectada. Cualquier acción nuestra tiene repercusión en nuestro ámbito personal, familiar y social. Por eso, es bueno recordar las palabras de Jesús que nos invitan a permanecer en él. Por ello Juan toma el cuidado de repetirnos que el único camino de restauración es a través de Jesús.

Jesús es el Hijo del Hombre (huiŏu tŏu anthrōpŏu), el redentor de la humanidad, el que ha de venir, el Mesías, el nuevo Adán que restaura la humanidad caída. “Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22). Su muerte en favor de todos es una muerte que justifica a la humanidad caída desde Adán y Eva.

La llamada de Jesús en el v. 56: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”, contiene la promesa de que una nueva vida en Jesús es posible, y es vida eterna. Jesús promete vida eterna.

Comparte