VII Domingo tras Trinidad

La Palabra de Dios

Mateo 13. 24-30, 36-43

Les propuso otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”. Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho”. Los criados le preguntan: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?”. Pero él les respondió: “No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra, Jacob van Etten

El trigo y la cizaña crecen juntos. La cizaña es una mala hierba y a veces incluso la semilla de trigo se contamina. Es una planta tóxica por culpa de un hongo que crece en ella. Pero en esta historia la cizaña no es ningún accidente. La semilla original era pura. La cizaña ha sido sembrada por alguien con malas intenciones. Con más rabia los criados proponen arrancar la cizaña. Aparentemente pueden distinguir las dos plantas, tal vez porque el trigo ya está formando espigas. Pero el amo propone otra cosa. Dice que sus raíces pueden estar entrelazadas y al arrancar la cizaña también el trigo puede dañarse. Mejor que sean los segadores que hagan la separación.

Creo que es una historia muy importante para nuestra actitud espiritual. No hay que arrancar lo. que nosotros pensamos es la cizaña. En la comunión anglicana, esta actitud inclusiva es parte del ADN de la iglesia. Por ejemplo, Richard Hooker, uno de los pensadores más importantes de la Reforma Inglesa, tenía una actitud muy inclusiva de la iglesia, para esa época. Dijo que la Iglesia de Inglaterra debería bautizar a los niños de todos los creyentes, miembro o no de la iglesia. También, la iglesia entierra a creyentes y no creyentes en la esperanza de la resurrección (Order for the Burial of the Dead, Book of Common Prayer).  

El trigo y la cizaña crecen juntos. La cizaña es una mala hierba y a veces incluso la semilla de trigo se contamina…

La parábola es muy interesante en su razonamiento. Las raíces entrelazadas son nuestras propias historias que se entrelazan con personas de diferentes tipos. No estamos en una isla de seres supuestamente superiores, pero compartimos nuestras vidas con personas que no siempre comparten nuestras convicciones. También pueden haber personas que han cometido males pero aun así las queremos, por ser nuestros hermanos o incluso nuestros hijos. Si Dios repara y trae justicia, también sería un castigo para nosotros perder a esas personas. Jesús no dice que no habrá juicio. Habrá justicia. Pero no sabemos cómo será exactamente y no depende de nosotros. 

Aunque Jesús nos llama a ser diferentes, esto no significa que el juicio está en nuestras manos. Podemos dejar el juicio en manos de los ángeles, que no tienen sus vidas entrelazadas con los humanos y verán mejor que nosotros. Jesús nos libra del moralismo, la actitud condenatoria que ve todo a través del juicio, que tienen palabras duras para todos que no se parece trigo. 


Oración de colecta:
Dios generoso,
nos das dones y los haces crecer:
aunque nuestra fe sea pequeña como un grano de mostaza
hazla crecer para tu gloria
y el florecimiento de tu reino;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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