IV Domingo de Pascua
La Palabra de Dios
Juan 10. 1-10
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.
Reflexión
Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra J. Carlos López
No hace mucho leí que un grupo de pastores se pusieron de acuerdo para ver hasta que punto las ovejas podían reconocer la voz de su pastor.
Determinaron juntar a varios rebaños de ovejas de diferentes pastores. Todas estaban juntas y los pastores alejados. Uno de los pastores comenzó a llamar a sus ovejas; otro, al mismo tiempo, también: cada uno usaba su habitual tono de voz. Sorprendentemente, cada una de las ovejas se fue con su pastor. Después pusieron solo a un rebaño y varios pastores -ninguno era su dueño- empezaron a llamarlas para ver si les hacían caso: el resultado fue negativo. Las ovejas desoyeron cualquier tono de voz que no fuera la de su pastor.

Tenemos el reto hoy día de «limpiar» nuestro corazón y nuestro espíritu de todas esas voces adulteradas y equívocas que se nos presentan como «pseudo-Cristos»: tal vez sean las voces de los ladrones que vienen a nuestro aprisco para robarnos la confianza en nuestro Buen Pastor o desviarnos de ese camino de vida que Él nos ofrece cada día a lo largo de nuestra vida.
Jesús es la puerta por la que tenemos que entrar para nacer a la vida. Juntos caminamos hacia la casa del Padre para tener vida eterna.
¡Que el Señor nos de confianza ciega, como ovejas, en su Pastor! Que así sea.
Oración de colecta:
Cristo resucitado,
fiel pastor de las ovejas de tu Padre:
enséñanos a oír tu voz
y a seguir tu mandato,
para que todo tu pueblo se reúna en un solo rebaño,
para gloria de Dios Padre. Amén.