VIII Domingo tras Trinidad

La Palabra de Dios

Mateo 13. 31-33, 44-52

Les propuso otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas». Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».

El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?». Ellos le responden: «Sí». Él les dijo: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo». 


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra el padre Ignacio Belo

Este texto do evangelho de Mateus faz parte do discurso de Jesus em parábolas, sobre o Reino dos Céus: a parábola do grão de mostarda; a parábola do fermento; a do tesouro e da pérola; e a parábola da rede. As duas primeiras parábolas, compara o Reino dos Céus a coisas pequenas. A menor de todas as sementes e um pouco de fermento, que leveda toda a massa.

O reino dos Céus é um processo em construção. Jesus usa modelos comparativos para alcançar a reflexão dos seus ouvintes, exigindo deles um processo de inteligência reflexiva, que os leva a sair da situação de indiferença e estabilidade, ao processo de crescimento, alongamentos do seu ser e alcançar uma dimensão que não seria de prever.

 O Reino dos Céus usa uma lógica de te envolver, de te colocar num processo, em que inicias em pequenas coisas, partes do pequenino e te deixas envolver num processo de crescimento continuo, proclamando coisas ocultas desde a fundação do mundo. É um processo de busca, de escolha seletiva, de descoberta constante, de novidade permanente.

«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas»

O Reino dos Céus é também semelhante ao extraordinário que tu descobres, como de primordial importância para ti: como um tesouro que queres ter. E tu és capaz de trocar tudo o que possuis por essa escolha de pertenceres ao Reino dos Céus. Porque descobriste que ele é de valor maior, que tudo o mais e te queres apoderar dele.

De tudo o que recolhes em tua vida, percebes que muitos dos teus pertences não significam nada, mas, és capaz de escolher o mais significativo, deitando fora o que não presta. Assim fará Deus no fim dos tempo, recolherá para Seu Reino, para os Céus, os que O escolheram e aceitam em sua vida.

Se entendes estas coisas, faz escolhas que te ajudam a sintonizar com o Reino dos Céus. O que escolheres ao longo da vida, o nosso bom Deus, fará, que permaneça para ti, como tua pertença, para toda a eternidade. O Reino dos Céus corre-nos entre os passos e as escolhas da nossa vida. É na vida que podes abraçar o Reino dos Céus.

Bençãos de paz e de felicidade para as tuas escolhas e para a tua vida.


Oración de colecta:

Señor Dios,

tu Hijo dejó las riquezas del cielo

y se hizo pobre por nosotros;

cuando prosperemos sálvanos del orgullo

cuando estemos necesitados sálvanos de la desesperación,

para que confiemos sólo en ti;

por Jesucristo, Señor nuestro. Amén.

Comparte