Víspera de Pascua

La Palabra de Dios

Mateo 27. 57-66

Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro. 

Ilustración que representa a unos guardias romanos custodiando la tumba de Jesús

A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron: «Señor, nos hemos acordado de que aquel impostor estando en vida anunció: “A los tres días resucitaré”. Por eso ordena que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y digan al pueblo: “Ha resucitado de entre los muertos”. La última impostura sería peor que la primera». Pilato contestó: «Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis». Ellos aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y colocando la guardia.


Reflexión

Hoy nos ofrece la reflexión de la Palabra el padre Guillermo Gil

Tres cosas para reflexionar en la Víspera de la Pascua

  1. La  obra de Misericordia de José de Arimatea discípulo a la sombra de Jesús y miembro del Sanedrín de reclamar el cuerpo de Jesús y llevarlo a una tumba de su propiedad.
  2. “María la Magdalena y la otra maría se quedaron sentadas en el sepulcro”.
  3. Solicitud de los sumos Sacerdotes a Pilato para conseguir una guardia para colocar frente a la piedra del sepulcro para que no se robaran el cuerpo de Jesús y dijeran luego que “Ha resucitado dentro de los muertos”.

Enterrar a los muertos de manera digna y acompañar a la última morada a los difuntos.  Son obras de misericordia que como cristianos debemos tener presente.

Y aunque José de Arimatea hizo algo inusual que fue a pedir el cuerpo de Jesús a Pilatos, esto traería consecuencias en el ejercicio de sus funciones como Sumo Sacerdote.  Una obra de misericordia que trascendió y hoy es conocida y visitada por muchos como el “Santo Sepulcro”.

Y las mujeres fieles a Jesús hasta la muerte,  serán ellas las primeras en conocer una buena noticia que marcará la historia de la humanidad y de nuestra Salvación.  Por el momento ellas empezaron a vivir la soledad sin su maestro.

Pero había temor por lo que pudiera pasar.  Por las profecías del Hijo de Dios que resucitaría al tercer día… por lo que había dicho Jesús a sus discípulos.  Pero los sumos Sacerdotes consideraban a Jesús como un impostor y debían cuidarse de que no robaran el cuerpo de Jesús, ya que esto traería implicaciones para todos.

Pintura que representa el momento en que José de Arimatea deposita el cuerpo de Jesús en el sepulcro

El miedo de quien ha cometido un crimen contra Dios, de haber condenado alguien de manera injusta, de haberse ensañado con el inocente.  El miedo a que el Hijo de Dios Venza las tinieblas y salga a la Luz.  No basta con enjuiciar, sentenciar y dar muerte, sino que no vaya a salir del Sepulcro.  Como dicen en el argot popular: “Lo quieren bien muerto”.

Negar la presencia del Hijo de Dios en la vida terrenal y negar la posibilidad de que se cumpla la profecía de Resucitar al tercer día.  Lo imposible y lo impensable estará por suceder.  Para Dios nada detendrá que su Hijo vuelva del Sepulcro: ni la loza pesada a la entrada del sepulcro, ni la guardia romana, ni las palabras del Sanedrín que son autoridad para los judíos.

Estamos en vísperas de la pascua. Esta vez de PASO por la muerte en donde nos librará del Pecado por su Misericordia Infinita.

¡Señor! ¿Cuántas veces hemos sacrificado la Verdad por querer tener la razón a nuestro lado?  ¿Cuántas veces hemos querido ocultar la Verdad para que ésta no salga a la Luz? Líbranos Señor del Pecado que nos lleva a la Muerte!  Porque te hemos visto Caminar entre nosotros, hemos visto las señales y los milagros y te hemos negado y no queremos reconocerte como nuestro Dios y Salvador.  En medio de la soledad que labro el pecado ayúdanos a Vencer las Tinieblas, la maldad que habita en nosotros… solo una chispa de tu Misericordia infinita logrará que salgamos del Sepulcro.


Oración de colecta:
En lo más profundo de nuestro aislamiento
clamamos a ti, Señor Dios
ilumina nuestras tinieblas
y sácanos de la prisión de nuestra desesperación;
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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