Isabella Gilmore, (1842-1923)
Fue una eclesiástica inglesa que supervisó el renacimiento de la Orden de la Diaconisa en la Comunión Anglicana.
Isabella sirvió activamente en las parroquias más pobres del sur de Londres durante casi dos décadas y es recordada con una conmemoración en el Calendario de los santos en algunas partes de la Comunión Anglicana el 16 de abril. Era hermana de William Morris.
Vida
Isabella Gilmore nació en Londres en 1842. Su madre era Emma Morris de soltera Shelton, hija de Joseph Shelton, un profesor de música en Worcester.
Su padre fue William Morris, socio de la firma Sanderson & Co., agentes de facturas de la City de Londres; él murió cuando ella tenía 5 años.
Tenía cinco hermanos con los que estaba cerca; uno de los más antiguos fue William Morris.
En la edad adulta, tuvo un matrimonio feliz con un oficial naval, Arthur Gilmore. Su vida dio un giro cuando enviudó a la edad de 40 años.
Sin hijos, comenzó a formarse como enfermera en el Guy’s Hospital de Londres. Dos años más tarde, en 1884, asumió como propios a ocho sobrinas y sobrinos huérfanos de su difunto hermano Rendall.
Diaconado femenino
En 1886, fue reclutada por Anthony Thorold, el obispo de Rochester, para revivir el diaconado femenino en su diócesis.
Su renuencia inicial, basada en su falta de formación teológica y su falta de conocimiento de la Orden de la Diaconisa, fue desgastada por el obispo. A finales de octubre de 1886, sintió que recibió un llamado durante la oración de la mañana.
Más tarde escribió:
«Era como si la voz de Dios me hubiera llamado, y el intenso descanso y el gozo estaban más allá de las palabras».
Gilmore y el obispo de Rochester procedieron a planificar una Orden de Diaconisas para la Iglesia de Inglaterra donde las mujeres debían ser «una combinación curiosamente efectiva de enfermera, trabajadora social y policía aficionado».
En 1887, fue ordenada diaconisa y se estableció una casa de entrenamiento para otras mujeres, que más tarde se llamaría Gilmore House en su honor. Isabella sirvió activamente en las parroquias más pobres del sur de Londres hasta su jubilación en 1906.
Legado
En sus casi 20 años de servicio, restableció el diaconado femenino en la Comunión Anglicana.
Ella había entrenado personalmente al menos a otras siete diaconisas principales para otras diócesis antes de morir en 1923. En su servicio conmemorativo, Randall Davidson, el arzobispo de Canterbury, predijo:
«Algún día, aquellos que mejor saben podrán rastrear gran parte del origen y la raíz del renacimiento de la Orden de la Diaconisa a la vida, el trabajo, el ejemplo y las palabras de Isabella Gilmore. Por esto demos gracias: estoy seguro de que es lo más justo y lo que hay que hacer».
