Elena de Constantinopla

Fue una emperatriz romana y, posteriormente, proclamada como santa de las Iglesias católica, luterana y ortodoxa.

Probablemente nació en Drépano ​(actual Hersek), en Bitinia, al noroccidente de Anatolia, Turquía, y que fue renombrada Helenópolis por su hijo Constantino I. Aunque supuestamente era hija de un sirviente, ello no impidió que fuese la primera esposa del tetrarca Constancio Cloro.

Constancio Cloro la tomó como esposa y más tarde se divorció de ella en 292 para casarse con la hijastra de Maximiano, Flavia Maximiana Teodora. El hijo de Helena, Constantino, se convirtió en emperador del Imperio romano y, después de su coronación, ella tuvo una destacada presencia en la corte imperial. Ya durante el reinado de Constantino se convirtió al cristianismo, siendo él quien, contrariamente a lo que se suele pensar, sirvió de influencia para la conversión de su madre.

El Imperio romano estaba dividido en varios gobiernos de emperadores entre Occidente y Oriente, con relativa paz entre ellos. Constantino entró a servir al emperador Diocleciano en Oriente luego que su padre fuera nombrado César.

Retrato de Santa Elena

Una leyenda medieval haría a Helena de origen inglés, pero es una confusión con otro Constantino y otra Helena: Helena «Luyddog», joven inglesa que vivió 100 años después de la nuestra y fue casada con Magno Clemente Máximo, emperador de Inglaterra, Galia y España, entre 383 y 388. Tuvieron varios hijos, uno ellos llamado Constantino. Se conservan algunos documentos que llaman a la emperatriz «Helena Luicdauc, la cual partió de Inglaterra en busca de la cruz de Jerusalén y la trasladó de dicha ciudad a Constantinopla«. Así que la confusión entre ambas está demostrada.

Re-entronizada.

En 306 Constancio murió mientras Constantino estaba en Britania, por lo cual fue nombrado Augusto por sus tropas, y el nombramiento fue aceptado por varias regiones. Constantino entró a Roma luego de vencer a los que se oponían y seguidamente hizo nombrar a su madre emperatriz, llamando además Helenópolis a la ciudad en la que él había nacido.

Sobre Helena, al parecer comenzó a ser cristiana sobre 314, año del Edicto de Milán. Eusebio dice que vivía con austeridad y acudía a los oficios litúrgicos con sencillez y sin pompa alguna. «Llegó a ser una cristiana tan fervorosa como si desde la infancia hubiese sido discípula del Salvador«, dice el mismo Eusebio. Fue muy caritativa, amante de la paz y aficionada a la construcción de templos.

La invención de la Cruz.

En 324 Constantino se convirtió, por su victoria sobre Licinio, en emperador de Oriente. Helena entonces visitó los Santos Lugares, que ya gozaban de veneración entre los cristianos a pesar de la persecución. Es histórico que por orden de Constantino se demolió el templo de Venus elevado por Adriano sobre el Monte Calvario, precisamente edificado para desterrar el culto de los cristianos en el santo lugar de la crucifixión y sepultura de Nuestro Señor. Además, Constantino mandó se edificase una bella Basílica para honrar «el sitio más extraordinario del mundo». Helena, anciana mujer, estuvo allí y supervisó las obras.

Todo esto es histórico, sin embargo, la leyenda quiere a Helena protagonista de la Invención de la Santa Cruz. Sin embargo, Eusebio al mencionar la estancia de Helena, no menciona tal invención. Tampoco lo hace San Jerónimo, que vivió allí poco tiempo después y habla del santo sepulcro. Aunque la leyenda es antigua ciertamente no se sostiene. Si que es histórico que la Basílica de la Santa Cruz en Roma está sobre un palacio propio de Helena. La santa emperatriz también supervisó la construcción de las basílicas del Monte de los Olivos y la de Belén.

Elena con la Vera Cruz

Sobre su muerte, no se conoce cuando ocurrió. Comúnmente se data en 330 porque en ese año se dejaron de imprimir monedas con su efigie, como era común en Roma al morir un monarca. También se ha especulado con el lugar de su muerte, pero debió ser en Oriente y su cuerpo trasladado a Roma, siendo sepultada en la Vía Lavicana.

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