Policarpo de Esmirna (70-155)
Obispo griego de Esmirna y Padre Apostólico que fue la principal figura cristiana del siglo II en el Asia romana en virtud de su trabajo durante la aparición inicial de la literatura teológica fundamental del cristianismo.
Históricamente, formó un vínculo entre las edades apostólica y patrística.
Por su principal escrito, La Carta a los Filipenses, y por su autoridad moral generalizada, Policarpo combatió a varias sectas heréticas, incluidos ciertos grupos gnósticos que reclamaban la salvación religiosa exclusivamente a través de su conocimiento espiritual arcano.
La Carta de Policarpo a los Filipenses contiene una formulación clásica en la que refuta el argumento de los gnósticos de que la Encarnación de Dios en, y la muerte y resurrección de, Cristo fueron todos fenómenos imaginarios de significado puramente moral o mitológico.
Más importante, sin embargo, es la forma en que Policarpo se refirió a San Pablo apóstol en su Carta a los Filipenses. No solo cita repetidamente los escritos de Pablo, sino que también enfatiza la importancia personal de Pablo como una autoridad primaria de la iglesia cristiana.
Debe recordarse que en ese momento Pablo había sido adoptado como una autoridad primaria por los herejes gnósticos. Policarpo, en respuesta, reclamó a Pablo como una figura preciada de la iglesia ortodoxa. Aparentemente, en parte debido a Policarpo, Pablo, el apóstol en disputa, se convirtió en una parte teológicamente respetable de la tradición de la iglesia cristiana.
Además, el uso ortodoxo de Policarpo de los textos paulinos marcó un avance crucial en la teología cristiana de la interpretación bíblica. Según ciertos estudiosos, Policarpo puede incluso haber compuesto o influido directamente en algunas de las cartas tradicionalmente atribuidas a San Pablo, las llamadas Cartas Pastorales (I y II Timoteo, Tito). Estas letras poseen un vocabulario y estilo del siglo 2 que son característicos de Policarpo.
La Carta de Policarpo a los Filipenses es doblemente importante por su testimonio temprano de la existencia de varios otros textos del Nuevo Testamento. Probablemente sea el primero en citar pasajes de los Evangelios de Mateo y Lucas, los Hechos de los Apóstoles y las primeras cartas de San Pedro y San Juan. Otros escritores post-apostólicos inmediatos emplearon una tradición más oral.
Hacia el final de su vida, Policarpo visitó al obispo Aniceto de Roma para discutir con él la fecha en que se celebraría la fiesta de Pascua, una controversia que amenazaba con provocar un cisma entre Roma y Asia Menor. Los dos hombres no pudieron llegar a un acuerdo sobre una fecha común en la que celebrar la Pascua, por lo que acordaron que Roma y Asia Menor seguirían prácticas diferentes en este sentido.
“Señor Dios soberano te doy gracias, porque me has tenido por digno de este momento, para que, junto a tus mártires, yo pueda tener parte en la copa de Cristo. Por ello te bendigo y te glorifico. Amén”.
A su regreso a Esmirna, Policarpo fue arrestado por el procónsul romano y quemado hasta la muerte cuando se negó a renunciar al cristianismo. Este acontecimiento ha sido elogiado en el Martirio de Policarpo, uno de los primeros documentos cristianos conocidos de esta naturaleza.