Catalina de Alejandría, mártir
La piadosa erudita frente al emperador
Según la tradición, Catalina era una joven perteneciente a la nobleza de Alejandría. Cuna de grandes filósofos y eruditos, esta gran ciudad portuaria de Egipto vio crecer a Catalina. Su gran inteligencia fue cultivada gracias a su familia que le facilitó el acceso a los estudios principales de ciencias y letras.
Convertida al cristianismo por una visión de Cristo en la que le prometió la consagración de su vida a Dios, aprovechó la visita del Emperador Maximiano a sus dominios meridionales para conseguir de él su conversión.
Santa Catalina de Alejandría. Fernando Yáñez de la Almedina. Museo del Prado. Wikimedia Commons
El martirio de la rueda
Maximiano se dispuso a iniciar el martirio de Catalina usando una rueda con pinchos que, sin embargo, al entrar en contacto con la joven cristiana, se rompió. Desesperado, Maximiano acabó con Catalina ordenando su ejecución. La joven mártir era decapitada.
Santa Catalina. Caravaggio. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Wikimedia Commons
Viaje santo al Monte Sinaí
A los pies del Monte Sinaí se encuentra la tumba de Santa Catalina. Parece ser que unos monjes que vivían en el monasterio del monte sagrado, hallaron el cuerpo de la mártir en una gruta cercana. Creyendo que unos ángeles habían traído a la santa hasta ellos, la enterraron en su cenobio.
Fue a partir de las Cruzadas que la historia de Santa Catalina de Alejandría se extendió por Europa y se iniciaron las peregrinaciones a su tumba. Desde entonces poetas narraron su martirio y miles de fieles se unieron a su devoción.
A pesar de que no existen evidencias históricas de los hechos acaecidos a Santa Catalina de Alejandría, su relato supone una bonita historia que ensalza las virtudes de una mujer sabia que se enfrentó a los poderes terrenales en defensa de su propia fe.