Pedro y Pablo
Es una fecha que recuerda el martirio que sufrieron los apóstoles de Jesús, Simón Pedro y Pablo de Tarso en Roma, ambos son considerados como las principales figuras que ayudaron a construir la Iglesia cristiana y la difusión de la doctrina católica.
La fecha en la que se recuerda la obra de ambos apóstoles se toma en el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.
Pedro
Simón Pedro, nacido a finales del siglo I a. C en Roma, también conocido como San Pedro, fue uno de los discípulos más destacados de Jesucristo. Igualmente, es uno de los apóstoles más conocidos, venerados y citados en las escrituras del Nuevo Testamento, apareciendo además, pasajes sobre sus enseñanzas en Hechos de los Apóstoles y en los Evangelios Canónicos.
Se le considera como el primer Obispo de Roma, debido a la popularidad de sus enseñanzas que aparecen en los escritos apócrifos, y además, por las palabras que Jesús le dedica:
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo” (Mateo 16:18-19).
Según la tradición Pedro, quien era obispo en Roma, murió martirizado bajo la orden de Nerón, siendo después sepultado cerca del lugar de su martirio. El emperador Constantino I, para honrarle, mandó a construir una basílica sobre su sepultura a principios del siglo IV.
Pablo
Pablo de tarso, también conocido como San Pablo, nació entre los años 5 y 10 d.C. en Tarso de Cilicia actual Turquía, es venerado como el apóstol de los gentiles o de las naciones, junto a San Pedro, es uno de los discípulos más populares entre los creyentes religiosos.
Se le considera, además, uno de los más importantes creadores de la iglesia católica y un entregado misionero a la orden de las causas mas nobles.
Según el relato de Hechos de los Apóstoles fue apresado en Jerusalén ajusticiado y martirizado bajo el gobierno de Nerón, se presume que su muerte ocurrió entre los años 58 y 67 en la ciudad de Roma.
