Juan de Damasco, (c. 675, Damasco – muerto el 4 de diciembre de 749, cerca de Jerusalén)
Monje oriental y doctor teológico de las iglesias griega y latina cuyos tratados sobre la veneración de imágenes sagradas lo colocaron en la vanguardia de la Controversia Iconoclasta del siglo VIII y cuya síntesis teológica lo convirtió en un intermediario preeminente entre la cultura atina griega y medieval.
Juan de Damasco sucedió a su padre como uno de los funcionarios fiscales del califa musulmán, y mientras todavía era ministro del gobierno escribió tres Discursos sobre imágenes sagradas, c. 730, defendiendo su veneración contra el emperador bizantino León III y los iconoclastas. Los iconoclastas obtuvieron una condena de Juan en el Concilio de Hieria en 754 que fue revertida en el Segundo Concilio de Nicea en 787.
Poco después de 730, Juan se convirtió en monje en Mar Saba, cerca de Jerusalén, y allí pasó el resto de su vida estudiando, escribiendo y predicando, adquiriendo el nombre de «el Orador de Oro» (griego: Chrysorrhoas, literalmente «la Corriente de Oro»).
Entre sus aproximadamente 150 obras escritas, la más significativa es Pēgē gnōseōs («La fuente del conocimiento»), una síntesis de la filosofía y la doctrina cristianas que fue influyente en la dirección del curso del pensamiento latino medieval y que se convirtió en el principal libro de texto de la teología ortodoxa griega.
Revisado alrededor de 743, se compone de tres partes:
- la filosófica («Dialéctica»), que se basa en gran medida en el Isagoge del neoplatonista Porfirio de finales del siglo 3, una introducción a la lógica de Aristóteles;
- el histórico, transcribiendo secciones de la obra del eclesiástico griego del siglo 4 Epifanio Panarion, sobre herejías;
- y el segmento teológico y más conocido, la «Exposición [Ekthesis] de la Fe Ortodoxa».
Esencialmente un currículum de los Padres Capadocios del siglo 4, los santos Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa, y expresado en vocabulario aristotélico, manifiesta cierta originalidad distintiva en la elección de Juan de textos y anotaciones que reflejan el análisis antioqueno teología.
A través de su traducción a las lenguas orientales y al latín, la «Exposición» sirvió tanto a los pensadores orientales como a los occidentales no sólo como fuente de conceptos lógicos y teológicos, sino también, por su estilo sistemático, como modelo para las síntesis teológicas posteriores compuestas por escolásticos medievales.
La «Exposición» especula sobre la naturaleza y la existencia de Dios, proporcionando puntos de contención para los teólogos posteriores.
En otra parte, la «Exposición» analiza la naturaleza de la libre elección y la voluntad. El autor fue sensible a esta cuestión a la luz de la doctrina cristiana sobre la responsabilidad personal por la salvación. Describe la voluntad humana como un apetito racional o inclinación hacia el bien, que funciona con respecto a fines u objetivos en lugar de con medios, que se relacionan más con el intelecto. En Dios hay voluntad pero no deliberación.