El Día del Recuerdo

También conocido como Día de la Amapola, es un día reservado en países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), para recordar los sacrificios de los miembros de las fuerzas armadas y los civiles en tiempos de guerra, específicamente desde la Primera Guerra Mundial.

Se conmemora generalmente el 11 de noviembre, día en el cual finalizaron los enfrentamientos de la Primera Guerra Mundial, de acuerdo con la firma del armisticio Alemán.

Fue establecido por el rey Jorge V el 7 de noviembre de 1919, tras la propuesta de Edward George y Wellesley Tudor Pole, con el fin de recordar a los caídos durante la Primera Guerra Mundial.

La Amapola del recuerdo se ha convertido en un emblema familiar del Día del Recuerdo por el poema In Flanders Fields.

Inscripción del poema completo en un libro de bronce en la casa monumento donde nació John McCrae en Guelph, Ontario, Canadá.

El cumplimiento en la Commonwealth

Es común en británicos, canadienses, sudafricanos, australianos y neozelandeses incluir uno o dos minutos de silencio a la undécima hora del undécimo día del undécimo mes (11:00 de la mañana, 11 de noviembre), ya que marca la hora (en el Reino Unido) en que entró en vigor el armisticio.

El Servicio Recordatorio en muchos países de la Commonwealth en general incluye el sonido del «Last Post», seguido por el período de silencio, posteriormente el sonido de «The Rouse» (a menudo erróneamente denominado «Diana») finalizando con la interpretación de la «Oda de la memoria» (en inglés: Ode of Remembrance).

Ilustración que representa la conmemoración del día del recuerdo o día de la amapola, con una fila de siluetas de soldados en posición de descanso y dos amapolas frete a ellos

Canciones como «Flowers of the Forest», «O Valiant Hearts», «I Vow to Thee, My Country» y «Jerusalem» se interpretan durante el servicio. Los servicios también incluyen coronas establecidas para honrar a los caídos, una bendición, y los himnos nacionales.

La Iglesia Anglicana lo celebra el domingo más próximo a la fecha del 11 de noviembre y actualmente amplía la oración y la universaliza rezando por todos los caídos en combates armados.

El poema «En los campos de Flandes» dice así:

«En los campos de Flandes
crecen las amapolas.
Fila tras fila
entre las cruces que señalan nuestras tumbas.
Y en el cielo aún vuela y canta la valiente alondra,
escasamente oída por el ruido de los cañones.
Somos los muertos.
Hace pocos días vivíamos,
cantábamos, amábamos y éramos amados.
Ahora yacemos en los campos de Flandes.
Contra el enemigo continuad nuestra lucha,
tomad la antorcha que os arrojan nuestras manos agotadas.
Mantenerla en alto.
Si faltáis a la fe de nosotros muertos,
jamás descansaremos,
aunque florezcan
en los campos de Flandes,
las amapolas».

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