Enterrar las cenizas para dar vida a un árbol

Alguna vez te has detenido a pensar ¿Cómo sería tu funeral?  La verdad si eres coherente en vida, debes ser coherente a la hora de tu muerte y después de tu muerte. Cuando estudiaba filosofía siempre salían a relucir los griegos a quienes admiraba, siendo coherentes entre el pensar, decir y actuar.   Pero una manera de vivir particular, implica convencer a otros para que después de la muerte se practicara un ritual funerario acorde a la cosmovisión que se tenía en vida de volver a la naturaleza y abrazarse con ella para completar el ciclo de vida y ahora ser parte de abono con sus cenizas para dar comienzo a la vida de un nuevo árbol que tanto necesita el planeta.

Eco-entierros no es nada nuevo, lo hacían nuestros ancestros.  En vez de dejarlos a la intemperie para que se los comieran los animales salvajes o los chulos deciden enterrarlos.  Los romanos enterraban a sus familiares en los predios donde vivían, luego en la historia romana durante el siglo II al IV se utilizaban las catacumbas donde reposaban los restos de paganos, judios y cristianos. Las Iglesias empezaron también a enterrar a los muertos en criptas o en los osarios.  Solo hasta 1800 se empiezan a organizar lo que hoy conocemos como cementerios alejados de las ciudades por aquello del tema de salubridad.

fotografía de presbítero y fieles realizando un funeral natural en Colombia

La Iglesia Católica Romana tiene prohibido esparcir las cenizas, estas deben estar en un lugar santo, o en una Iglesia o en un cementerio y que no estén en casa.

La practica de los rituales funerarios debe llevarse con respeto y es un deber de la familia celebrar las exequias de acuerdo a sus creencias religiosas.

En estos días acompañe una familia que conozco y llevo en el corazón a trasladar y enterrar las cenizas para dar vida a un árbol y asumí la tarea de acompañarlos física y espiritualmente en ese momento tan importante en la vida familiar.

Me acordé de mi obispo anterior que decía: «Vamos donde otros no quieren ir».

Conocí y pude hablar con la persona en vida y aunque distaba de ser un creyente católico, tenía una manera de ver la vida diferente, una cosmovisión de la madre naturaleza, de la energía que fluye y se transforma. Un hombre abierto, respetuoso y generoso.  Somos parte de la misma naturaleza, eso realmente nos une.  La religión nos separa.

Recuerdo las palabras dentro de la Ceremonia: » Solo el Amor nos conecta «.  No importa que tengamos diferencias en nuestras creencias.  Me hizo acordar de mi apellido ingles Sayer y de los compliques para mis antepasados cuando morían. Los clérigos españoles no autorizaban que se sepultaran anglicanos y protestantes en sus cementerios.  Por eso Bolívar tan pronto logró la independencia realizó las gestiones para un cementerio británico.  Y lo curioso es que junto a los ingleses con la Legión Británica luchamos la independencia de Colombia, pero a la hora de la muerte separados en diferentes cementerios como si los ingleses no tuviera derecho a alcanzar la vida eterna luego de luchar por la libertar de esta patria querida.

Vivimos un sola vida

Culturalmente hay resistencias de las personas a Ser parte de un nuevo Árbol después de la muerte y más cuando la Iglesia Católica Romana nos impide otro tipo de rituales para las personas que amaron y que amamos aún después que dejaron esta vida terrenal y que tuvieron una cosmovisión diferente.

fotografía de una mujer y una niña enterrando unas cenizas de un ser querido junto a un árbol

Hay algo extremadamente valioso en este tipo de entierros que aporta a nuestra salud mental y a que atravesemos el duelo de la mejor manera posible y es que con nuestras manos ayudamos a enterrar a nuestros muertos.  Ese solo hecho de tomar con nuestras manos y arrojar tierra en el lugar donde están las cenizas aunado a sembrar un árbol para contribuir a seguir dando vida es el mejor ritual de despedida que podemos hacer.  Aquí es recíproco el beneficio, cumplimos con la voluntad del que ha partido y a su vez sanamos las heridas que dejó su partida.

¡Solo vivimos una vida y la muerte no es el obstáculo para seguir viviendo!  Lo único que debe morir son los ritos que encasillan a las creyentes y nos separan después de la muerte de quienes creen y de los que no creyeron en lo mismo que nosotros.

Es un artículo del padre Guillermo Gil de su blog https://espiritualidadyplantasmedicinales.blogspot.com/
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